A su origen, regresa todo,
el hombre a un puño de polvo,
Dios a un obscuro vacío.
Sabes de que la vida pierdes,
es lo que cambiar no puedes,
en la fantasía te proteges,
de que al morir nunca vuelves.
Frente a este gran desafío,
todo intento es en vano,
y como único refugio,
el encanto de algún engaño.
Crees en los que dices no debes,
por esa falsa posibilidad,
de que si ruegas no mueres.
(io)
08/10/09
A su origen
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