Una lonja pidió,
de vitrina queso,
lo que se le negó,
pues jabón era eso.
Tanto insistió,
que se lo comió,
y entonces dijo,
este altanero,
“De jabón un dejo,
pero es del queso.”
Así es que somos,
que justificamos,
es lo que hacemos,
con desdén confeso.
(io)
16/02/2010
Desdén confeso
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