Colocando golosinas,
a la vista de su hijo,
dice, "Por ningún motivo,
ni las toques, ni las comas."
Con el correr de las horas,
crece la curiosidad,
las desea de más en más,
y en su boca las coloca.
Se ensaña y le enseña,
que su voluntad someta,
y calle lo que piensa.
El ego tirano forja,
que como epidemia,
la sociedad la colma.
(io) 05/05/2010
El ego tirano forja
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