Para día por día en rito solemne,
entre sus pieles una costumbre,
como de sangre del cáliz beben,
y de dios hombre la carne consumen.
Al humano en el tiempo retraen,
a ese en que destroza entre sus dientes,
los trozos de hombre, indiferente.
Para que se conserve latente,
y como instinto algún día despierte,
y haga el hombre inconsciente,
el presagio del fin inminente.
Esos que días contados auguran,
y canibalismo en masa enseñan,
que unos a otros se coman, esperan.
(io) 17/12/2010