Una guitarra en mano,
una tonada forzada,
es a campo abierto,
la desigual batalla.
Con las voces dispersas,
abre el puño que sujeta,
sus últimas palabras.
En su cuerpo recibe,
numerosas estocadas,
siente correr la sangre,
y que le falta el agua.
El aliento exhala,
en una carcajada,
picara la mirada.
(io) 27/05/2012