(A Franklin Bournigal)
De voz con amarres,
es el arte del placer,
de una buena mujer.
Sin dar un paso, corre,
contados, más de tres,
astilla de cuaba,
el hombre de mujer.
Con coraje firme,
a tono disuelve,
al inicio vuelve.
Si la mujer gusta,
y muerde, y grita,
por ella en la cama,
él roba y engaña.
(io) 26/11/12